En sus reuniones en un aislado destino turístico, Abe pidió más acciones para evitar una desaceleración, insistiendo en que la falta de acciones tempranas contribuyó a la crisis financiera de 2008 y 2009.
Los jefes de gobierno cerraron la cumbre con una declaración sobre diversos temas y varios "planes de acción" adicionales, reconociendo riesgos para la economía global como el terrorismo, las legiones de personas desplazadas y conflictos que "plantean una seria amenaza al actual orden internacional".
Sin embargo, los mandatarios dijeron que sus países han reforzado sus políticas para evitar una recaída en la crisis.
La atención se apartó rápidamente del final de la cumbre por el viaje a Hiroshima de Abe y el presidente de Estados Unidos. Barack Obama se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos que visita durante su mandato la ciudad devastada por una bomba atómica estadounidense en los últimos días de la II Guerra Mundial.
Aunque los mandatarios del G7 no asumieron expresamente la visión de Abe de que el mundo está al borde de una crisis, sí reclamaron una responsabilidad especial para reforzar sus políticas económicas.
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, también dijo que el mundo "ya no está en un momento de 2008".
"Hemos salido de la crisis, pero sufrimos el legado de la crisis", afirmó Lagarde, señalando a préstamos impagados en los balances de empresas y bancos como una de las principales causas de preocupación. Sin embargo, señaló, "muchos países pueden hacer bastante, y algunos más de lo que hacen ahora".
La cumbre reunió a los mandatarios de Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos. Los líderes de importantes organizaciones internacionales y un selecto grupo de países en desarrollo asistieron a sesiones especiales tras la cumbre del G7.
Las conversaciones del grupo abordaron una amplia gama de temas, como el terrorismo y otros peligros para la paz y el crecimiento global o la llegada masiva a Europa de refugiados y migrantes que huyen de conflictos y pobreza, así como amenazas globales a la salud pública, el cibercrimen, la corrupción y los esfuerzos por ayudar a niñas y mujeres.
Los gobernantes también expresaron su inquietud por las tensiones territoriales en los mares de China Meridional y Oriental. La declaración no menciona expresamente a China y su expansión a zonas disputadas, pero pide respeto a la libertad de navegación y de sobrevuelo, además de una resolución pacífica de los conflictos a través de la ley.
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Los periodistas de Associated Press Miki Toda y Aritz Parra contribuyeron a este despacho. Kurtenbach informó desde Ise, Japón.
FUENTE: Associated Press