Es el partido del año que ambos quieren ganar "cueste lo que cueste", como reclaman sus hinchas, por más que un triunfo igual dejaría al afortunado mirando a los líderes desde lejos cuando se dispute la décima segunda fecha y luego resten cuatro.
Boca, que será local en su estadio La Bombonera, marcha con 11 puntos menos que el líder Lanús en la Zona 2 y River con ocho menos que los punteros Godoy Cruz y San Lorenzo en la Zona 1. El campeón se definirá entre los ganadores de cada uno de esos grupos.
Ambos son un mar de dudas por la cantidad de lesionados y el desgaste físico que deja la Libertadores. En ese torneo, Boca consolidó el miércoles su pase a octavos de final con una goleada 6-2 sobre Deportivo Cali de Colombia, y River se encaminaba este jueves hacia ese mismo objetivo ante Trujillanos de Venezuela.
"La gente siempre quiere que ganemos, y nosotros también queremos ganar el superclásico. Llegamos bien, pero en el clásico no importa quién llega bien y quién llega mal", destacó el delantero de Boca, Carlos Tevez, tras ese partido en el que convirtió dos goles.
Boca tenía entre algodones a su arquero Agustín Orión, el defensor Daniel Díaz, los centrocampistas Andrés Cubas y Pablo Pérez y el atacante Daniel Osvaldo, mientras algunos habitantes de la enfermería de River son sus zagueros centrales Jonatan Maidana y Emanuel Mammana, el lateral Leonel Vangioni y el artillero uruguayo Rodrigo Mora, según el parte médico de esos clubes.
"A todos los jugadores que han tenido una molestia los evaluaremos entre el viernes y sábado y allí tomaremos una decisión", dijo el técnico de Boca Guillermo Barros Schelotto tras el partido con Cali. "Es clave que estén bien".
Además de ser local, Boca tendrá un día más de descanso que River, cuyo técnico Marcelo Gallardo anunció que ante Trujillanos alineará todos los titulares disponibles para asegurarse la clasificación y tratar de ser primero en su grupo. Boca tampoco se guardó nada ante Cali.
En la denominada "fecha de los clásicos", además de Boca-River, contempla otros duelos entre enemigos de toda la vida: Racing-Independiente; San Lorenzo-Huracán; Gimnasia-Estudiantes, Lanús-Banfield y Unión-Colón. Todos ellos juegan en zonas diferentes.
San Lorenzo y Lanús llegan como punteros de sus respectivos grupos; mientras Independiente y Huracán están en la pelea.
Por una serie de episodios emparentados con la violencia, el partido Unión-Colón, vecinos de la ciudad de Santa Fe y que merodean por la mitad de la tabla en sus zonas, está enrarecido.
"Clásico o balas", fue un mensaje intimidante que manos anónimas pintaron el lunes en una de las paredes de la sede de Colón, según fotografías publicadas en los medios nacionales como el diario Clarín.
Además, el centrocampista creativo de Colón Alan Ruiz abandonó la ciudad "por seguridad" y no jugaría el clásico, dijo su representante Heber Marchioni al diario UNO de Santa Fe.
Según ese medio, un grupo de 30 hinchas violentos se acercó el miércoles hasta la práctica de Colón para hablar con algunos referentes del equipo. Tras el entrenamiento, uno de ellos le dio un golpe en la nuca al "Mago" Ruiz (ex Gremio de Brasil), quien acaba de firmar contrato por cuatro años con el Sporting de Lisboa de Portugal, club al que deberá enrolarse en poco más de un mes.
Otros partidos: Rafaela-Patronato, Olimpo-Aldosivi, Vélez-Argentinos Juniors, Arsenal-Defensa, Godoy Cruz-San Martín, Belgrano-Atlético Tucumán, Tigre-Sarmiento, Quilmes-Temperley.
FUENTE: Associated Press