Se prevé que Trump será más solidario con las políticas de asentamiento de Israel que Barack Obama, quien fue un feroz crítico de los asentamientos, y también ha prometido trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a la disputada Jerusalén. El gobierno nacionalista de Israel ha recibido bien el potencial cambio de política, pero también corre el riesgo de provocar malestar entre los palestinos o en la región.
El ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, dijo en un comunicado que él y el primer ministro Benjamin Netanyahu estuvieron de acuerdo en la aprobación "en respuesta a las necesidades de vivienda".
Lieberman agregó que la mayoría de las unidades de vivienda serán construidas en "bloques" de asentamientos, áreas donde viven la mayoría de los colonos y que Israel quiere mantener bajo su control bajo cualquier futuro acuerdo de paz con los palestinos. Se prevé la construcción de unas 100 casas como parte de dos pequeños asentamientos.
"Estamos construyendo - y seguiremos construyendo", escribió Netanyahu en un breve mensaje en Facebook.
La construcción en los asentamientos fue un polémico punto de desacuerdo durante los gobiernos de Obama, cuando la Casa Blanca tomó el lado de los palestinos y la comunidad internacional al condenarla como obstáculo para la paz.
Los palestinos quieren Cisjordania, así como la Franja de Gaza y el este de Jerusalén - áreas tomadas por Israel en la guerra de 1967 - para crear la nación que esperan tener. Ellos, junto con gran parte de la comunidad internacional, consideran que los asentamientos son ilegales.
Nabil Abu Rdeneh, portavoz del presidente palestino Mahmoud Abbas, condenó los últimos planes de asentamiento, diciendo que esto afectaría negativamente las esperanzas de un acuerdo de paz y "promovería extremismo y terrorismo".
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El reportero de The Associated Press Fares Akram contribuyó a este despacho desde la ciudad de Gaza, en la Franja de Gaza.
FUENTE: Associated Press